Nuestra nutrición
Antes se creía que para alimentarse se debía comer mucho y rico. Hoy sabemos que lo que realmente importa es que nuestro organismo reciba los nutrientes en cantidad y de calidad necesarios para realizar todas sus funciones.
Ahora pensamos en comer poca grasa para cuidar nuestro corazón y arterias; poca azúcar para evitar engordar; menos sal para no tener alta presión; y mucha fibra para una mejor digestión. Sin embargo aún esta nueva forma de ver la nutrición no es suficiente. Lo anterior no contempla todas las necesidades nutricionales de nuestro organismo.
Nutrición celular
Lo que realmente nos dará una vida saludable, de calidad e incluso de más duración es entender que quien en realidad se alimenta no es la persona, sino las células que conforman el cuerpo de cada persona. Es por ello que la mejor manera de entender la nutrición es hablando de "nutrición celular".
La nutrición celular está condicionada, eso sí, por lo que cada persona come.
En los países más desarrollados y donde su población tiene más conciencia de la importancia de la nutrición celular incluso dan un paso más allá y ahora hablan del concepto de "nutrición ortomolecular", la cual considera además que para que cada órgano del cuerpo funcione adecuadamente, debe considerarse que está constituido de tejidos que a su vez tienen una estructura resultado de la coordinación de diferentes tipos de células. Todo ello redunda en que la salud de cada tejido, de cada órgano y con ellos de todo el cuerpo humano, depende totalmente de la salud de todas las células.
Considera además que no por el sólo hecho de comer, todo lo que ingerimos es aprovechable. Está en juego el desarrollar una correcta digestión, absorción y asimilación, y el ingerir los nutrientes necesarios en cantidad y proporción adecuadas. Los alimentos deben ser procesados para que lleguen como verdaderos nutrientes a las células, y sean capaces de atravesar la pared celular para ser efectivamente aprovechados por las mismas.
Es por ello que hablan de nutrición ortomolecular, lo cual significa conocer cómo es que la célula "come", y resulta que a cada célula le "gustan" cierto tipo de moléculas, y las requieren en cantidades específicas. A cada célula hay que darle las moléculas correctas para que viva saludable. De ello dependerá su correcto funcionamiento y la prevención de enfermedades, principalmente las crónico-degenerativas.
Podemos entender entonces que la nutrición celular no es otra cosa que proveer a todas las células con los nutrientes específicos que cada una requiere, con las que vivirán saludablemente, obteniendo y generando energía, regenerándose y eliminando toxinas, y realizando las funciones para las que están diseñadas.
En efecto, la nutrición se seguirá entendiendo como la ingesta de proteínas, vitaminas, fibra y minerales, pero desde la perspectiva de la nutrición ortomolecular debemos también considerar sus cantidades, su absorbilidad y su asimilabilidad.
Los problemas celulares
Tanto la falta de substancias como proteínas, minerales o vitaminas, como el exceso de toxinas, pueden afectar el funcionamiento y la estructura de las células. Poco se sabe pero incluso el sodio y el azúcar en exceso actúan como toxinas a nivel celular. La presencia de toxinas dificulta la produción de energía celular, inhabilita o elimina las enzimas y le impide a la célula sintetizar las proteínas escenciales para su constitución y funcionamiento.
Las células están constituidas primordialmente de proteína, y se suele pensar que con comer carne, leche o huevos tendremos la proteína necesaria en cantidad y calidad. Si nuestras células no obtienen su requerimiento específico de proteínas, no tendrán capacidad de constituirse, duplicarse o regenerarse adecuadamente, y por tanto de realizar sus funciones.
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